Erase una vez una niña llamada Rosita que iba al mercado todas las mañanas. Un día se perdió .Y su madre estaba desesperada y su padre también. Cuando se enteró Rosita, empezo a gritar muy fuerte. Aunque la madre y el padre no la oyeran, la tía sí. Y la tía cuando la oyó, salió corriendo, pero se cayó al suelo. La oyeron los padres y fueron, cogieron a la niña, a la que dieron muchos besos. Después llevaron a la tía al hospital donde se curó, y se fueron todos a casa y fueron muy felices.
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